ESTATUAS



MENSAJE A LAS ESTATUAS

Vosotras,piedras
violentamente deformadas,rotas
por el golpe preciso del cincel,
exhibireis aun durante siglos
el ultimo perfil que os dejaron:
senos inconmovibles a un suspiro,
firmes
piernas que desconocen la fatiga,
musculos
tensos
en su esfuerzo inútil,
cabelleras que el viento
no despeina,
ojos abiertos que la luz rechazan.
Pero
vuestra arrogancia
inmóvil,vuestra fría
belleza,
la desdeñosa fe del inmutable
gesto,acabaran
un dia.
El tiempo es mas tenaz.
La tierra espera
por vosotras también.
En ella caeréis por vuestro peso,
sereis,
si no ceniza,
ruinas,
polvo,y vuestra
soñada eternidad será la nada.
Hacia la piedra regresareis piedra,
indiferente mineral,hundido
escombro,
después de haber vivido el duro,ilustre
solemne,victorioso,ecuestre sueño
de una gloria erigida a la memoria
de algo también disperso en el olvido.

ANGEL GONZALEZ
6 de Septiembre de 1925,Oviedo
12 de Enero de 2008,Madrid



No le envidió al Señór el infinito:
tambien mi imperio es eterno
El cielo que tiene a sus pies, de mi casa es la bóveda;
más luz que el sol tiene el infierno.

Los siglos, piedras son con que quieres enterrarme ;
ni un solo golpe a dar su mano aciertas:
ya hay un montón de piedras, me subo sobre ellas
y soberbio me río de él desde mas cerca.

Delante de sus ojos, las estrellas fulguran
y todo en el mundo vuelve a reverdecer ;
para no deber nada, aparté su hermosura,
y a mi mismo me he hecho tal cual soy.

Holgando con los ángeles, en el cielo, un dia,
curioso su guirnalda me ceñí;
y en el mar al mirarme, tanto ardían mis ojos ,
que hasta el mar, secándose, se llegó a extinguir.

Que era rey en el cielo soñé y que mis pasos
subían al lugar tan codiciado;
siguiendo con los ojos el combate,
los mundos del espaciose cruzaron de brazos .

Venció; y a sus pies rugiendo de fiereza
una punta del manto le cogí;
mas cuando me arrojó desde tanta grandeza
mi brazo era fuerte, y él siguió tras de mí.

Belén, tú lo has visto en la sombra caer.
ya al nacer con miedo de las leyes ;
a él sólo teniendo cuatro pajas por lecho
a mí en trono de reyes.

Un día entre laureles, le llevan mis esclavos;
les pregunta al pasar;
_Elegid a uno de ellos_ . Y a un tiempo respondieron:
Jesús no, Barrabás.

Al cielo regresó, y en sus iras me arroja
los rayos que yo esparzo por el mundo;
mientras desde la tierra , por los labios de roca ,
en la frente , entre cánticos , le escupo.

Sé bien que en el mundo se le erigen posadas:
¡Soberbia de los hombres nada más!
Yo estoy en los cristales y en las piedras talladas;
e incluso en los altares: en nada él está.

Si desciende otra vez de su trono de estrellas
el mundo cual lo ha visto podrá volverlo a ver ,
y hasta dirán los santos en las altas capillas:
_¡Que muera, que el Cristo , éste no es!_

Mas hora ha de venir que la tierra mudable
hasta llegue a olvidar como me llamo yo.
¡Qué mas da! Si la tierra se olvida del diablo…
¡será que olvida a Díos
!

CANTO DEL DIABLO
ANGEL GUIMERA
Santa Cruz de Tenerife,6 de Mayo de 1845
Barcelona,18 de Julio de 1924


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