QUIEREME ENTERA



La criatura de isla paréceme, no sé por qué, una
criatura distinta. Más leve, más sutil,
más sensitiva.

Si es flor, no la sujeta la raíz; si es pájaro, su cuerpo
deja un hueco en el viento; si es niño, juega
a veces con un petrel, con una nube...

La criatura de isla trasciende siempre al mar que la
rodea y al que no la rodea.

Va al mar, viene del mar y mares pequeñitos se
amansan en su pecho, duermen a su calor
como palomas.

Los ríos de la isla son más ligeros que los otros ríos.
Las piedras de la isla parece que van a salir
volando...

Ella es toda de aire y de agua fina. Un recuerdo de sal,
de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y
una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura,
le estremece la yema de las alas...

Tierra firme llamaban los antiguos a todo lo que no
fuera isla. La isla es, pues, lo menos firme,
lo menos tierra de la Tierra.



Algunas veces flamea menos alta la llamarada; pero en otras, como esta noche, se diría una hoguera inextinguible.

     Luego se extienden a considerar la ubicación de la refinería; si se pudiera aprovechar ese gas que se pierde, si cuando viene el corrientazo de África...

     Escucho las razones de mis primas, que son discretas y hasta interesantes; pero la rebelde imaginación se evade del diálogo, sigue haciendo de las suyas...

     Yo soy una poetisa que visita un país mitológico. Si una gigante flor de llamas se alza junto al mar y no es el Teide; si la desfleca el viento y no es la luna... Si ilumina los cielos, las casas y las aguas... ¿Quién me impide pensar que hemos equivocado el camino y las fechas y a donde estamos llegando es a Cartago, a Tiro, a Alejandría, a alguna fabulosa ciudad del mundo antiguo?

     El tiempo es de veras un engaño, y el espacio, otro engaño por consecuencia, y ésta es una legendaria metrópoli alumbrada místicamente por una gran lámpara votiva...

     Las primas van, una por una, enmudeciendo, fascinadas... Nadie se acuerda del petróleo, que es solamente una verdad adventicia. Sólo vemos un fuego sin vestales, hermoso, embrujador... Casi sagrado..."UN VERANO EN TENERIFE",Dulce Maria Loynaz,1958.-


Rodeada de mar por todas partes,
soy isla asida al tallo de los vientos...
Nadie escucha mi voz, si rezo o grito:
Puedo volar o hundirme... Puedo, a veces,
morder mi cola en signo de Infinito.
Soy tierra desgajándome... Hay momentos
en que él me ciega y me acobarda,
en que el agua es la muerte donde floto...
Pero abierta a mareas y a ciclones,
hinco en el mar raíz roto.
Crezco del mar y muero de él... Me alzo
¡para volverme en nudos desatados...!
¡Me come un mar batido por las alas
de arcángeles sin cielo, naufragados! "Criatura de la Isla"




Quiéreme entera...
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!
si me quieres, no me recortes:
¡quiéreme toda... o no me quieras!

" Quiereme Entera"




Poema XVII

Hay algo muy sutil y muy hondo
en volverse a mirar el camino andado...
El camino en donde, sin dejar huella,
se dejó la vida entera.







Tiempo
1
El beso que no te di
se me ha vuelto estrella dentro...
¡Quién lo pudiera tornar
-y en tu boca...- otra vez beso!
2
Quién pudiera como el río,
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco ...
3
Es tarde para la rosa.
Es pronto para el invierno.
Mi hora no está en el reloj...
¡Me quedé fuera del tiempo!
4
Tarde, pronto, ayer perdido...
mañana inlogrado, incierto
hoy... ¡Medidas que no puede
fijar, sujetar un beso!...
5
Un kilómetro de luz,
un gramo de pensamiento...
( De noche el reloj que late
es el corazón del tiempo...)
6
Voy a medirme el amor
con una cinta de acero.
Una punta en la montaña:
La otra... ¡Clávala en el viento!.
.

EN RECUERDO DE DULCE MARIA LOYNAZ

La Habana,10 de Diciembre de 1902
La Habana,27 de Abril de 1997





Comentarios

Entradas populares