MODERNA E INTELECTUAL


Matilde Huici nació en Pamplona en el seno de una familia liberal y republicana. Estudio Magisterio y Derecho y su paso por la Residencia de Señoritas de Madrid le permitió ponerse en contacto con círculos políticos e intelectuales y con destacadas abogadas, como Clara Campoamor o Victoria Kent. Posteriormente, completó su formación en Estados Unidos, donde se especializó en materias relacionadas con los menores marginados. Junto a su marido, Luis San Martín Adeva, trabajó para mejorar la situación de los niños desvalidos y marginados desde el Tribunal Tutelar de Menores y a través de iniciativas privadas, como la Asociación Auxiliar del Niño.

En 1928 participó en la formación de la fallida Agrupación Liberal Socialista, en la que, junto a Clara Campoamor, fue la única mujer entre sus promotores. Tres años más tarde, en 1931, se afilia al PSOE y ocupa puestos de responsabilidad durante la II República. Así, es la única mujer que forma parte de la comisión jurídica asesora del anteproyecto de la Constitución de 1931.

Huici propuso en 1933 que las candidaturas de su partido en las elecciones de ese año incluyeran, “por lo menos”, un tercio de mujeres. Su petición no fue tenida en cuenta, pero su compromiso militante le llevó a participar en numerosos mítines organizados por el PSOE.

Por otra parte, dada su acreditada capacidad y experiencia en cuestiones sociales y humanitarias, fue nombrada delegada de España en la comisión Consultiva de Cuestiones Sociales y Humanitarias de la Sociedad de Naciones –institución precedente de la ONU- en los periodos comprendidos entre 1935-1936 y 1937-38. Matilde Huici estuvo comprometida con el Gobierno de la II República hasta el final de la Guerra Civil, periodo durante el cual formó parte de la Asociación de Mujeres Antifascistas.

Tras la Guerra Civil, Matilde Huici se exilió a Chile, donde se dedicó, fundamentalmente, a la formación de educadores. 
 
Tanto Matilde como su marido sufrieron la persecución de la justicia franquista Y por eso tuvieron que exiliarse en Chile, tras una azarosa travesía en barco. La primera consecuencia del exilio fue la imposibilidad de ejercer la abogacía por no tener allí validez su título español, con lo que ambos tuvieron que cambiar de profesión. 


Mientras su marido entraba en el mundo empresarial, Matilde, a través de sus contactos con mujeres radicales del mundo universitario, iniciaría una brillante trayectoria en el campo educativo, aportando una contribución decisiva a la historia pedagógica del país con la creación de la Escuela de Educadoras de Párvulos en la Universidad. Los últimos veinticinco años de su vida en Chile fueron especialmente fructíferos y, en 1965, a su muerte, dejó un rico legado de experiencia a sus alumnas y a la educación chilena
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Se puede afirmar que Matilde Huici hizo una contribución personal significativa en su momento al avance de los derechos de las mujeres en España y a la llegada de estas a puestos de decisión. Probó que desde el campo femenino se podían hacer aportaciones originales y creativas para dar respuesta a los problemas sociales, especialmente en la reforma de menores y la prevención de la delincuencia infantil. 

Su testimonio es de gran importancia, porque es un ejemplo de mujer que se forjó con una fe infinita en la educación, como herramienta indispensable para construirse como una persona integral e igual en dignidad y derechos con el hombre. Su ímpetu le permitió viajar, investigar, educar, ocupar cargos en el gobierno, impulsar la creación de instituciones, participar en distintas agrupaciones culturales o académicas.
“Los programas no forman al individuo. Es la vida, la convivencia, la mutua relación, comprensión y participación en la observación y en la transformación, como agente, de los procesos vitales lo que forma como persona”  Matilde Huici


Con respecto a la educación de los niños, Matilde Huici estaba convencida de que:
  • Al niño se le conoce jugando con él, se le enseña a trabajar, trabajando con él. Se le enseña a respetar, respetándole a él.
  • Un niño bien nutrido, rodeado de afecto prudente, consciente de su capacidad de esfuerzo, no será nunca un niño problema.
  • No importa la cantidad de inteligencia que tenga un niño, sino el esfuerzo que pone en práctica para desarrollarla y la satisfacción que le produce la conciencia de ese esfuerzo.
  • Es importante defender el derecho del párvulo a “no aprender”, a que “no le enseñen”, sino que le ayuden a descubrir por sí mismo, con sus propios ojos, oídos, manos y pies, el mundo que lo rodea, para que forme sus propias asociaciones y sea su propia imaginación la que combine y cree.

Los últimos meses de la guerra los pasó en Barcelona, pasando a Francia en los primeros meses de 1939 residiendo en París y en Ginebra durante un año, colaborando en el Comité de Ayuda a los Refugiados. Posteriormente se exilió en Chile donde llegó el 14 de mayo de 1940 a bordo del Orduña. Al no serle reconocida su profesión de abogada, trabajó como traductora de francés para la editorial Espasa Calpe. En 1944 estableció la Escuela Educadora de Párvulos de la Universidad de Chile, de la que fue directora hasta 1962. En 1947 fue nombrada directora del Directorio Cultural Chileno-Español. Formó parte del Centro Republicano Español de Santiago de Chile, ciudad donde falleció el 13 de abril de 1965.

Matilde Huici Navaz,una intelectual moderna para tener muy presente en la educación actual pero también una gran articulista,sabia poner en palabras las ideas e ideales de toda una generación de mujeres que lucharon por un país mejor y que han sido tristemente olvidadas.
En su homenaje y recuerdo...

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